domingo, 21 de febrero de 2010

The Road

Últimamente el Sr. Viggo Mortensen me tiene loca. Primero, en "Promesas del Este" y ahora en "La carretera" (The Road).



Normalmente, restrinjo bastante el visionado de películas que tengan que ver con la supervivencia, porque tiende a levantarme el estómago ver cómo puede comportarse el ser humano en situaciones extremas desfavorables; si bien, de vez en cuando, hago excepciones, como en esta ocasión.

La última que me dejó el sistema digestivo alborotado fue "A ciegas" (Blindness), basada en la novela "Ensayo sobre la Ceguera" de José Saramago.

Considero que una película que hace que estés varios días con algunas escenas en la cabeza o pensando que harías tú en cierta situación, es buena, merece la pena, te hace reflexionar para bien o para mal, a pesar del mal trago. Así que seguiré haciendo excepciones.

12 comentarios:

natsnoC dijo...

Esa es una película que veré tarde o temprano, aunque seguramente no será en el cine.

Lo que no sé es si leerme el libro antes o no, ya que he oido muchas cosas buenas sobre él.

Anónimo dijo...

Me gustó la peli, aunq lo pasé mal en varias escenas (bien por "susto", bien por pena). Muy bueno el papel de Vigo, aunq el niño me sacaba un poco de quicio jejeje. *Mery*

Maeglin dijo...

A ver si pillo el libro y le doy un buen tute antes de ponerme con las salas de cine. Porque si no luego suelen afanarme a base de frames las imágenes que yo había construido antes de la pelicula.

Chasky dijo...

Yo con estas pelis de desastres no puedo, me parecen estomagantes.

Sin embargo esta al final fui a verla al cine, un poco por presiones, y la verdad es que no es la típica peli de catástrofes, al menos es un poco más profunda.

Misaoshi dijo...

Jops, quería ver esta peli pero siempre hay que ceder a los gustos de los demás (y más si son mayoría...).

Ya tendré que esperar al DVD (o... internet##cof##....)

Saludos ^^
PD: voy a cotillear un ratejo, ok? XD

Angel "Verbal" Kint dijo...

Película dura, basada en un libro magnífico...
y comparto ese nudo en el estómago...

Redrum dijo...

Bueno, tampoco resultó tan bestia, ¿no? Eso sí, valoro lo que me hicieron sufrir por un puñetero carrito...

1 saludo!

Anónimo dijo...

Esta en mi lista de pendientes de ver...espero que no me decepcione..
la anterior adaptación del novelista no me gusto No es país para viejos..
un saludo

chapete dijo...

Si es que debería leerme primero el libro, que lo tengo en la estantería...

Mike Lee dijo...

Muy recomendable, aunque la prefiero como complemento de la novela.

¡Saludos!

PePe dijo...

Yo pensaba en leerme el libro, pero no estaba muy seguro de si iba a acabar tragando Prozac como si fueran juanolas...

Nonchalant Debonair dijo...

¿Qué propósito tiene seguir adelante en un mundo condenado a muerte? The Road pone de manifiesto lo dañino que es el ser humano y la alimaña que habita dentro de cada uno de nosotros. Para el protagonista, su único miedo es lo que le pueda pasar a su hijo, e intenta sobrevivir y mantener cierta humanidad aunque cada vez se vaya degradando más. La vida es sucia, es dura y es frágil. ¿Qué opción queda? Marcharse cuanto antes con mayor o menor dignidad. La pregunta que queda es si merece la pena, si a eso se le puede llamar vida. Y la respuesta se da al final de la película. Porque The Road, además de ser una llamada de atención sobre la fragilidad de la vida humana y de su dependencia del medio ambiente, a pesar de ser durísima, es una película fundamentada en la fuerza del amor. El padre sabe que el final es inevitable, pero intenta preparar al niño para que continúe sin él. No le queda esperanza para sí mismo, pero la tiene para su hijo. Y aunque se ha embrutecido por el miedo a lo que le pueda pasar al niño, es ese amor el que le hace seguir adelante. A pesar de su forzosa brutalidad, sí que ha sabido transmitir buenos valores. El niño quiere mantener dentro de sí la bondad, la confianza. Como si en definitiva, todavía hubiera fe en el ser humano. Y es ese amor que transmite a ese niño que no entiende nada de lo que está pasando, el que hace que una película que se ve todo el rato con terrible impotencia y angustioso mal sabor de boca, sea tan conmovedora.