Estos días he dedicado algo de tiempo a leer 2 de los libros de ciencia ficción de
Philip José Farmer. Este escritor, fallecido este año (2009) a los 91 años está considerado como uno de los primeros que introdujo el sexo en novelas de ciencia ficción.
"
Los amantes" cuenta la historia del lingüista Hal Yarrow que viaja, en una misión expeditiva y colonizadora, al planeta Ozagen. En el viaje, conoce a la nativa Jeannette y se enamora de ella, a pesar de lo que eso significa en su riguroso mundo.
"
Relaciones extrañas" es un compendio de varias historias, de las cuales, me quedo con 2 de ellas: "
Madre" e "
Hija" ("
Hija", derivación de "
Madre" es una versión peculiar del cuento de Los
"Tres Cerditos"). El resto, en mi opinión, son absolutamente prescindibles (quizás, salvaría también "
Hermano de mi hermana").
ATENCIÓN: INICIO del
SPOILER (no sigas leyendo si no quieres enterarte de la trama)
Lo que me ha llamado la atención de estas historias son dos métodos de reproducción bastante peculiares:
En "
Los amantes", Jeannette es una lalitha, un parásito artrópodo mimético, que toma forma humana para aparearse a través de un extraño sistema de clímax fotográfico. Los nervios fotocinéticos parten de la retina del ojo y descienden por la columna vertebral hasta llegar a los úteros. Allí, es donde la fotografía del rostro del padre se revela biológicamente. Con luz y orgasmo, los fotogenes seleccionan los rasgos que se aplicarán a las crías.
En "
Relaciones extrañas: Madre", Polifema es una hembra gigante inmóvil, con una concha protectora donde mantiene dentro a sus crías y al protagonista, Eddie. Cuando el macho ataca el núcleo conceptivo de la pared interna, lo araña y lo desgarra. Esta aportación, junto al nerviosismo placentero que Polifema experimenta, hace que el núcleo comienze a transformarse en una protuberancia enorme, que acabará estallando y soltando a las crías.
FIN del SPOILER.