Estaba el señor Don Gato
sentadito en su tejado
marramamiau, miau, miau,
sentadito en su tejado.
Ha recibido una carta,
que si quiere ser casado,
marramamiau, miau, miau,
que si quiere ser casado.
Con una gatita blanca,
sobrina de un gato pardo,
marramamiau, miau, miau,
sobrina de un gato pardo.
De contento que se puso,
se ha caído del tejado,
marramamiau, miau, miau,
se ha caído del tejado.
Se ha roto siete costillas,
el espinazo y el rabo,
marramamiau, miau, miau,
el espinazo y el rabo.
Ya lo llevan a enterrar,
por la calle del pescado,
marramamiau, miau, miau,
por la calle del pescado.
Al olor de las sardinas,
el gato ha resucitado,
marramamiau, miau, miau,
el gato ha resucitado.
Por eso dice la gente,
siete vidas tiene un gato,
marramamiau, miau, miau,
siete vidas tiene un gato.
3 comentarios:
diosss.
cuanto tiempo sin pensar en esa canción!!!
espero que nos traigas más recuerdos
No sé si lo sabes, pero esa canción es de finales del siglo XVI o del XVII. Se pusieron muy de moda en esa época las canciones en plan romance con gatos, y contenido satírico. Hasta Lope de Vega compuso un romance de gatos: la gatomaquia. Muchas canciones infantiles son aún más antiguas. Por ejemplo, muchas de jugar al corro son danzas de la muerte medievales.
P.D: Esta frikada de información le ha sido ofrecida por patrocinio de Rhiana: la máquina de almacenar información inútil.
Curioso, Rhiana, no sabía de su origen. Gracias por la info!!
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