Allí estás, en medio de la piscina, observando la ciudad y el cielo mientras tonteas con la superficie del agua. Me oyes llegar y te giras hacia mí.
Las luces de neón y las velas de tonalidad azul iluminan mi cuerpo mientras cruza la pasarela de madera y baja los escalones sumergidos en el agua tibia. Mi mente imagina la silueta completa de tu torso tenuemente dibujado por los focos. Tu impaciencia te hace avanzar hacia mí, y nuestros cuerpos se encuentran y entrelazan...
2 comentarios:
Hong Kong mola... solo si eres un privilegiado, ahora no te cuento como debe vivir el que limpia la piscina.
mmm poesía...me gusta, me gusta...^^
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