martes, 20 de mayo de 2008

Armonía

De camino al trabajo, me encuentro muchas veces con una idílica estampa familiar.

Una madre con sus tres hijos, esperando el autobús que les llevará al colegio, y la fidelidad canina personificada, un precioso Golden Retriever, paciente, pero siempre buscando las manos de sus dueños para recibir una caricia.

Caricia que, instantáneamente, responde con un suave movimiento de cola en señal de agradecimiento.

1 comentario:

Nancy Callahan dijo...

hace que te salga la vena sensible y todo ^^