Este fin de semana conseguí uno de mis propósitos para este año: hacer Snowboard y no romperme ningún hueso en el intento.
Todavía no he probado el Esquí, pero la opinión de aquellos que sí lo habían hecho coincidía: el Snow es más difícil que esquiar.
Lo más complicado: mantener el equilibrio cuando lo has perdido y resulta que no puedes mover los pies para estabilizarte.
Lo mejor: la sensación de velocidad cuando enlazas un par de curvas "en plan profesional".
Lo más doloroso: cuando te falla el sistema de frenado tras dichas curvas y te das una buena ostia que amortiguas con todo el culo.
1 comentario:
Deporte que me queda pendiente por practicar, tiene pintas de ser la leche pero tambien las leches.
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