Tengo que reconocer que siempre que empieza Septiembre lo llevo un poco mal, con resignación, que se le va a hacer, pues se acaba mi estación favorita: el verano.
Y aunque todavía podremos disfrutar de algunos días más o menos agradables, hay unos cuantos síntomas que empiezan ya a manifestarse y nos indican que se avecina el otoño: el cierre de la piscina a la que suelo ir, las botas de caña alta en los escaparates de las zapaterías, la manga larga que tengo que ponerme a primerísimas horas de la mañana y la noche, ver como es otra vez de noche cuando voy a trabajar, las últimas ferias y fiestas de los pueblos, la erradicación de la infumable programación televisiva estival, la vuelta de los coleccionables...
Pero sobre todo hay alguien que se encarga de remarcarte lo inevitable: la voz en off de unos conocidos almacenes comerciales: ¡ya es otoño en el ____ ____!. Y te muestra una colección de colores apagados, así de sopetón; marrón, verde oscuro, morado, azul marino...intercalado con una cascada de hojas secas, todo muy idílico, pero poco convincente, al menos para mí.
Y como siempre tendremos que pasar por el aro estacional, pero por favor, poco a poco, paulatinamente, gracias.
2 comentarios:
Si no fuera, por lo comercial a mi me encanta el invierno, noches de familia. El otoño es precioso, de hecho en la entrada de la puerta de mi casa, tengo un par de hojas de arce. Y el verano, calor y mas calor no por favor, o te refugias en una piscina o te llenas de arena en la playa. Ir al bosque en otoño esta genial.
Me gustan todas las estaciones, pero la que mas me gusta es la de Atocha.
Efectivamente, estoy de resaca...
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